La poesía como un vaso de agua (en un boletín de derecho)
Derecho abierto
Se llamaba así una pequeña publicación que realizamos con mucho empeño, los jóvenes abogados que en aquellos momentos integrábamos el Centro de Atención Jurídica Popular de Villa Crespo.
El centro surgió por una convocatoria allá por 1991 a través de un afiche del Ministerio de Justicia que decía: “Se necesitan abogados con vocación social para atención en centros populares” y allí fuimos. Reunió a linda gente ligada al derecho con ganas y compromiso de hacer cosas por los demás, muchas de la cuales me acompañan como grandes amigos (*)
Pero no sólo atendíamos consultas jurídicas en el barrio, sino que particularmente (y era lo que más me gustaba), ensayamos distintas formas de resolución alternativa de conflictos y de instancias de educación popular en derecho, así nació la publicación Derecho Abierto, la organización de charlas barriales y hasta una obra de teatro dramatizando situaciones conflictivas.
Derecho Abierto era un boletín gratuito que se entregaba en el centro, en negocios e instituciones referentes del barrio y hasta en mano en la vereda. No eran épocas de Internet y ni de pcs ni de simplificación de programas de diseño, por eso valen aquellos esfuerzos de maquina de escribir, dibujos con tinta y diseño a pulmón (gracias Sergio, Director de Arte)
Como toda revista que se precie tenía una editorial, un reportaje a personas representativas, y secciones como Archivo Abierto (explicación de cuestiones jurídicas); Derecho y la gente (relato de casos resueltos en el centro); Derecho y Cultura, Sugerencias legales, y El Barrio, obvio todo escrito a máquina y reproducidos por fotocopias.
En realidad la iniciativa era bastante subterránea y autogestiva, la fue generando el mismo grupo y buscábamos libertad de contenidos.
Derecho y Cultura y El Barrio eran las secciones “estrella”, espacios que atravesaban las fronteras normativas y allí brillaba Marcelo, que nos traía poesía y relatos por demás interesantes como voces en el hospicio, tiempo perro, el rescate de Jocobo Fijman, Leopoldo Marechal, y tampoco olvidamos las poesías e ilustraciones de Elías que luego se incorporó al centro como abogado.
Entre mis papeles apareció un ejemplar que provocó estos desordenados recuerdos, veamos algo de su primer número:
¿Que es la poesía?
Un vaso de agua en la noche del compañero
El incendio del alma
Un llamado para no olvidarnos que existe la palabra
Un grito de lo hondo, hondo,
Los dedos de la locura
Un instante eterno de la belleza eterna del instante
Cuando el silencio es roto por un martillo.
Respuestas recogidas de los internos del Hospital Neuropsiquiátrico Borda que integran los talleres de periodismo y literatura del Frente de Artistas, extraído de la revista Fin de Siglo Nº 17. (Derecho Abierto Año 1 Nº 1).
De alguna manera y por renovados caminos seguimos intentando romper el silencio con martillos, creyendo en los incendios del alma y alcanzando vasos de agua.
Bienvenidos a la Casa Warat y a rebelión natural!
LF
(*) Gracias Juliana Antuña, Marcelo Echegaray, Elias Quinteros y Sergio Ferraro, por estar, por existir, por continuar...
Derecho abierto
Se llamaba así una pequeña publicación que realizamos con mucho empeño, los jóvenes abogados que en aquellos momentos integrábamos el Centro de Atención Jurídica Popular de Villa Crespo.
El centro surgió por una convocatoria allá por 1991 a través de un afiche del Ministerio de Justicia que decía: “Se necesitan abogados con vocación social para atención en centros populares” y allí fuimos. Reunió a linda gente ligada al derecho con ganas y compromiso de hacer cosas por los demás, muchas de la cuales me acompañan como grandes amigos (*)
Pero no sólo atendíamos consultas jurídicas en el barrio, sino que particularmente (y era lo que más me gustaba), ensayamos distintas formas de resolución alternativa de conflictos y de instancias de educación popular en derecho, así nació la publicación Derecho Abierto, la organización de charlas barriales y hasta una obra de teatro dramatizando situaciones conflictivas.
Derecho Abierto era un boletín gratuito que se entregaba en el centro, en negocios e instituciones referentes del barrio y hasta en mano en la vereda. No eran épocas de Internet y ni de pcs ni de simplificación de programas de diseño, por eso valen aquellos esfuerzos de maquina de escribir, dibujos con tinta y diseño a pulmón (gracias Sergio, Director de Arte)
Como toda revista que se precie tenía una editorial, un reportaje a personas representativas, y secciones como Archivo Abierto (explicación de cuestiones jurídicas); Derecho y la gente (relato de casos resueltos en el centro); Derecho y Cultura, Sugerencias legales, y El Barrio, obvio todo escrito a máquina y reproducidos por fotocopias.
En realidad la iniciativa era bastante subterránea y autogestiva, la fue generando el mismo grupo y buscábamos libertad de contenidos.
Derecho y Cultura y El Barrio eran las secciones “estrella”, espacios que atravesaban las fronteras normativas y allí brillaba Marcelo, que nos traía poesía y relatos por demás interesantes como voces en el hospicio, tiempo perro, el rescate de Jocobo Fijman, Leopoldo Marechal, y tampoco olvidamos las poesías e ilustraciones de Elías que luego se incorporó al centro como abogado.
Entre mis papeles apareció un ejemplar que provocó estos desordenados recuerdos, veamos algo de su primer número:
¿Que es la poesía?
Un vaso de agua en la noche del compañero
El incendio del alma
Un llamado para no olvidarnos que existe la palabra
Un grito de lo hondo, hondo,
Los dedos de la locura
Un instante eterno de la belleza eterna del instante
Cuando el silencio es roto por un martillo.
Respuestas recogidas de los internos del Hospital Neuropsiquiátrico Borda que integran los talleres de periodismo y literatura del Frente de Artistas, extraído de la revista Fin de Siglo Nº 17. (Derecho Abierto Año 1 Nº 1).
De alguna manera y por renovados caminos seguimos intentando romper el silencio con martillos, creyendo en los incendios del alma y alcanzando vasos de agua.
Bienvenidos a la Casa Warat y a rebelión natural!
LF
(*) Gracias Juliana Antuña, Marcelo Echegaray, Elias Quinteros y Sergio Ferraro, por estar, por existir, por continuar...
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