En los seis meses en que redacté este manifiesto, fue surgiendo, casi automáticamente, un abanico grande de interrogaciones sin respuestas. A medida que fui avanzando en la lectura de los textos surrealistas, sentí la necesidad de investigar varios temas y autores que me hicieran huir de los objetivos que inicialmente me había impuesto. Las lecturas me fueron dando una cierta claridad sobre algunas cuestiones. Fue una lucidez conquistada a los pocos. Por esa razón, han de parecer redundantes, las veces obsesivas, muchas de las colocaciones presentadas. Opté por no alterar la secuencia en que las ideas fueron, originariamente, expresadas, para preservar, con eso, la fuerza de su espontaneidad. Estoy presentando un texto sincero y no un conjunto de afirmaciones con intención de verdad. Es un trabajo en continuo desdoblamiento. De esta forma, estoy siendo fiel al espíritu que precisa tener un manifiesto.
Sintetizando mi aproximación al surrealismo diré:
a) La búsqueda de un nuevo modo de vida fundado en la autonomía deseante de los hombres, una pragmática de la singularidad humana, no puede concretarse sino por la búsqueda de la autonomía colectiva. Nadie puede realizar un proceso de emancipación, la producción autónoma de nuestra singularidad, sin reconocimiento de la dimensión política de nuestros deseos. Vale decir que nuestros deseos estarán siempre reprimidos si los deseos de otros se encuentran determinados por fuertes relaciones culturales totalitarias. Estamos hablando del poder libertario de los deseos colectivos, de los deseos solidarios, que se encaminan para la transformación radical de todos los papeles sociales y de todos los hábitos autoritarios que permiten la producción institucional de la subjetividad humana.
b) Pero, no existe una práctica colectiva emancipatoria si no reconocemos que el ejercicio autónomo de nuestros deseos es también una práctica política fundamental. Las macroexperiencias libertarias precisan de microexperiencias deseantes en el cotidiano de cada uno de nosotros. Precisamos entender que vivir a pleno nuestras pasiones hace de la vida una actividad política creadora. No existe política sin creatividad. Es la dimensión cotidiana de la política como forma de resistencia a las formas totalitarias absolutas que van modelando la cultura planetaria de la pos-modernidad. En ella, la tendencia es inducirnos a la evasión.
Pienso que la salida surrealista es enseñarnos a vivir el presente a través del amor, de la poesía y del placer, sumergiéndonos a nuestra singularidad, a nuestra autonomía y a la de los otros. Puedo decir que solo es posible asumir la transformación de la vida social si asumimos a nuestra autonomía y a nuestra creatividad. La dominación se caminos de creatividad para encontrar la fuerza transformadora. A mi entender el surrealismo propone hacer la revolución construyendo la cultura de nuestros sueños, realizando nuestras utopías. Creo que esta es la revolución viable en la pos-modernidad. No es posible más pensar primero, y después transformar la sociedad. El surrealismo muestra un camino inverso que, particularmente, prefiero escoger. Para cambiar la vida es preciso transformar, radicalmente, los papeles sociales que desempeñamos para olvidar nuestros deseos. Esos papeles están basados en una concepción totalitaria de la vida. Debemos liberarnos de esas amarraduras dentro de una estrategia colectiva de transformación de la vida, por la creatividad. El totalitarismo es la muerte de la creatividad. La democracia consiste en traer las utopías para el presente, recreándolas incesantemente.
c) El surrealismo es un modo de desmantelar las formas de totalitarismo por el reconocimiento de las diferencias y de los otros como diferentes. El surrealismo es una gran advertencia contra el totalitarismo empotrado en las reivindicaciones igualitarias, contra el totalitarismo del consenso y de las semejanzas. Participar, igualitariamente, en creencias preestablecidas es una forma encubierta de totalitarismo. Reivindicar la necesidad de que todos sean iguales es una forma muy sutil de instaurar el control. Siempre es más fácil controlar un rebaño. La diferencia es siempre una amenaza, dificulta las estrategias del controlador.
Para ser diferente es preciso aprender a amar y ser creativo. La diferencia se ejercita en el amor y en la creatividad. Por esa razón el control social se ejerce siempre sobre nuestras formas de amar y de crear. Siempre nos son enseñadas reglas masificantes para que aprendamos a amar y a crear. No nos reconocemos creativos y amorosos en las semejanzas, nos reconocemos en las univocidades totalitarias. Ese es, precisamente, el lado cruel de la igualdad jurídica. La igualdad frente a la ley no es solo una garantía contra el arbitrio, ella es también una técnica de dominación, de freno a la transformación de la vida. Los otros no son nuestros semejantes, ellos son nuestros diferentes.
d) Creo que mediante el surrealismo puede mostrarse que la política no tiene lugares reservados. La cultura de la pos-modernidad hace todo para despolitizar la mayoría de las relaciones sociales y así mantener el velo sobre su contenido totalitario. Un ejemplo fundamental es el conocimiento de las ciencias. El es, en su forma totalitaria de organización, tan importante, para el mantenimiento de la sociedad pos-industrial, en las relaciones económicas específicamente capitalistas. La ciencia y la enseñanza cuentan con el imaginario despolitizado, que necesita ser visto como una necesidad política de las sociedades pos-modernas.
No existen ideas locas de la política. Las vanguardias intelectuales, los partidos políticos, el Estado no son los dueños del hacer político. La política está en todos los instantes de lo cotidiano de cada uno de nosotros. Luchando por los sueños y por los deseos se hace política, pues solo tendremos una actitud política, estando totalmente disponibles para la vida. Nadie transforma la sociedad permaneciendo igual. Apelando al surrealismo puede deshacerse una concepción de la política, que inventa pastores, científicos, intelectuales, profesores, políticos, gobernantes esclarecidos, para cuidar de un rebaño inerte y lleno de miedo de las ovejas negras.
2 comentarios:
Amei o texto. os quadrinhos tb. Escrevi um texto no blog ontem que queria que vc lÊ-se. Saudades
Aprendi com Warat que a crítica precisa, acima de tudo, ser inteligente para não ocupar um lugar que não faça questão. Estamos em um momento absolutamente cínico em que o SCT não se preocupa mais com o conteúdo da crítica porque, diz Zizek e Safatle, aprendeu a rir de si mesma, enquanto a maioria não entende do que se ri. Enfim, a renovação e o enfrentamento surrealista do sentido embalam nossos sonhos pós dogmáticos. Um beijo enorme em vc Warat. Saudades
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