Ayer a la noche proferí la conferencia inaugural del encuentro, que está sucediendo hasta el domingo en Aguatinga, un bello hotel estancia de Londrinas (la foto da una idea de la belleza del lugar. El encuentro me está confirmando algunas de las ideas que en general vengo trabajando sobre la magistratura. Ella, esta cada vez reflejando una sensibilidad que la aleja del viejo imaginario que marcaba a los jueces hace cuarenta años. Hoy ningún juez se siente un semi dios, ni quiere ser representado como alguien que recibe inspiración divina para dictar sentencia. Existen ya jueces determinados en su subjetividad por las nuevas formas de sensibilidad que están configurando el nuevo magma y significaciones sociales a partir de los años 00. Los jueces de mentalidad 2000, de la primera década del siglo XXI, están cambiando toda la institución de la magistratura, imprimiendole las marcas de su sensibilidad. Lo que está generando una transformación ya significativa.
En la tarde de ayer se discutió la cuestión de la digitalización de los procesos, que ya comenzarán a funcionar en tres juzgados a partir de Septiembre. Mis temores sobre esa inevitabilidad tecnológica pueden verla en el Fotolog de la Casa Warat.
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