19 de junio de 2007

Materialismo Mágico VI



Materialismo mágico VI

Las nutrientes del surrealismo

El surrealismo se alimenta en el arte fantástico, en el primitivo, en el psicopatológico, en el simbolismo. Se alimenta pero no se confunde con ninguna de esas manifestaciones. Razón por la cual resulta de vital importancia realizar una tarea de distinción entre todos ellos, para no confundirlos con lo que se define como surrealismo. Inclusive como separar las fronteras confusas entre la magia. la religión, el mito y el surrealismo. Sin olvidarnos de la alquimia, que no supone necesariamente al surrealismo, pero que plantea el interrogante sobre si el surrealismo supone a la alquimia. Otra nutriente, extremadamente fértil del surrealismo es el erotismo. Los problemas del limite entre todas estas nutrientes que se encadenan por vínculos silentes y sutiles, constituyen la trama oculta de la historia del arte.

Una trama que por lo común impide forjar grandes esquemas, o esquemas permanentes.Detrás de todo esto se encuentra agazapado el imperio de lo individual, de lo subjetivas, de la otredad que nos constituye, sumado al imperio de los territorios desconocidos, los míos y los de los otros. La danza de dragones que viven, como plantas carnívoras, devorando devenires de subjetividad, de azar, de lo gratuito, de lo fantástico, de lo onírico. Una situación alimentar que creo un fenómeno nuevo llamado anticlasisismo. Cuidado, no lo entendáis lanzándole llamaradas de negatividad.
El anticlasisismo generado por las nutrientes del surrealismo (que no solo lo alimenta silenciosamente a el, sino que se alimentan entre si) no es destructivo: llega, por el contrario a las regiones donde lo clásico no puede, por su especial contextura vital, llegar. En este caso el surrealismo actuaría como un canal de profundización de penetración exitoso donde los métodos clásicos no pueden aportar nada interesante, ni innovador. De este modo a través del surrealismo aparece una nueva y alucinarte historia del arte Una hermenéutica que reacondiciona sentidos de esa historia. Una hermenéutica de lo fantástico, una relectura, desde lo fantástico, de la historia de las artes. Cuando Jurgia Baltrusaitis desvendo la presencia de lo fantástico en las artes medievales, no hizo otra cosa que escribir el más bello prefacio al surrealismo. Resaltando lo sobrenatural y la sustancia de lo fantástico en el gótico, no consiguió otra cosa que definir y revelar un gótico diferente al que se esmero en construir la tradición.


No importan demasiado los rescates, Breton hizo los suyos, que no deben ser necesariamente los míos o los tuyos. Tampoco debemos renunciar a lo fantástico, a la alquimia, o a las pesadillas que inundan ciertos sueños, viéndolos como algo mas fuerte que un mecanismo de fuga de la realidad. Cuando construyo lo fantástico no necesariamente estoy viendo visiones. Los surrealistas consiguen zambullirse en lo real con pasión y olvido de la posibilidad ilusoria de conseguir un DIA una verdad que no sea delirio .Controlar precisar e inmovilizar las formas no es la meta de la mayoría de los surrealistas, ese es el surrealismo de Marcel Jean o de Arpad Mezel, pero no el de los otros que siempre están viendo en lo fantástico algún modo de desborde de lo real, alguna forma sutil de lo invisible, esquemas que no surgen visibles, pero que de algún modo están, como si fueran un color invisible.
Una reflexión surrealista sobre el arte lo muestra como una trama tejida a través de lo real un tejido mágico donde lo maravilloso y el misterio terminan mostrando las pulsiones profundas de lo humano y tornando, al mismo tiempo vació lo real y mas consistente la fantasía como expresión de lo real. La realidad puede ser construida por los conceptos de la razón, que la expresan como si fuera una verdad naturalista (cuando en el fondo no es mas que un diagrama de conceptos) o por la imaginación, y la fantasía que aleja el real construido (en navíos casos es una construcción cultural del propio hombre ) de su efecto naturalista.

El misterio también es un componente surrealista, no es un misterio metafísico, ni una hermenéutica de lo inaccesible, es un misterio que atraviesa las ciudades y donde surgen personajes, calles pequeños recintos que se alimentan de ese misterio cargado de detalles. El misterio de las calles de Paris que enamoraba a Benjamín, por citar a uno entre tantos cautivados por los pequeños detalles misteriosos de Paris. Un misterio que en el surrealismo tiene casi siempre al azar como portavoz. Los surrealistas entienden que la verdad es la más triste expresión del misterio. Seguimos en el VII.


Luis Alberto Warat
-LAW



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