La ciudad estable – una ciudadela
Fue construida apenas el hombre, mordiendo la manzana, se quedó sin refugio
Con su huerto a merced de cualquiera
Temiendo por igual al pastor y al guerrero.
Fue construida a su medida y a su temor
Sin sorpresas en sus calles aparentemente blancas
Familiares
Ajedrezadas
Sin puertos ni naves que tomar
Sin vecindades peligrosas
Todo aquietado
Criaturas de andar redondo
Con los ojos en la cara que miran sin devolver
Uniformada su esperanza
Con su gente que muere pero que reaparece en otro igualito que por conocido no asusta
Infantes grandes que temen lo nuevo y sólo lo aceptan cuando es repetido
Segmentados
Meros usuarios de una vida que ya no les pertenece casi nada
Golondrinas muertas que ya no saben juntarse para hacer verano
Pero libres de imaginar la libertad
Con esa prostituida fantasía de los que la toman a su sombra por auténtica compañía
Así es la ciudad en que se reconstruyó la manzana
Renació la paz superándose la sorpresa
Esa ciudad se llamó derecho y fue un paraíso
Al menos conceptual
Un simple espejismo con el que poder llenar sin angustia un ritmo vacío
El orden jurídico
Esa trama para la organización de otro gran mundo
La vuelta al útero
Una ciudadela en la que todos podemos reconocernos
Andar juntos sin temor…
Luis A. Warat
tomado de “Derecho al Derecho”, Abeledo Perrot (1970)
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tomado de “Derecho al Derecho”, Abeledo Perrot (1970)
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