3 de julio de 2007

Materialismo mágico VII



El surrealismo y su propuesta de teatro de la crueldad

Peste e teatro





La propuesta de teatro surrealista formulado por Antonin Artaud, expresa de forma bastante clara la confluencia das faltas das condiciones materiales de existencia y las otras demandas que la vida nos exige y la cultura se encarga de entorpecer. Si me piden un ejemplo de por donde debe comenzar a desarrollarse el materialismo mágico no dudaría de hacer referencia inaugural al teatro de Artaud.


Para Artaud a cultura occidental en el juego de sus representaciones muertas (por desarrollarlas en forma paralela y fuera de la vida) genero una ilusión de libertad que nos obligó a pagar como precio el aniquilamiento y degeneración de la vida. Frente a ella la peste, una forma de poesía mas allá de las palabras del lenguaje que le restituye al hombre su capacidad de acompañar el flujo implacable de la vida. La peste como la forma de la razón poética y el teatro como la forma mayor de poesía...

Claro que el concepto de teatro de Artaud no es el que consagro occidente basado en una palabra que instaura solo los conflictos psicológicos. Es el que produce a su modo el misterio de sus objetos a partir del furor de una fuerza espiritual que comienza su recorrido en lo sensible y desprecia las representaciones del lenguaje. El teatro como epidemia y delirio comunicativo, una identidad metafórica entre el teatro y la peste en la medida que en la peste se produce un desorden latente que tiene el carácter de una liquidación. En el teatro el desorden latente tiene que ver con la liberación y circulación de signos en el sentido de que rehace a cadena entre aquello que es y aquello que no hez entre la virtualidad de lo posible y aquello que existe en la naturaleza materializada, el teatro como doble de la peste no contrapone el orden establecido con un orden posible invocada en nombre de una verdad superior.

El teatro, como la peste, corroe por dentro recolocando lo que es en su movimiento de constitución. Una forma de suspensión de la realidad constituido producida en y por el propio movimiento de su constitución. Para Artaud e (apoyado por la mayoría de los surrealistas) la decadencia de la modernidad se debe a la falta de ese espacio de virtualidades que el teatro muestra en su máxima posibilidad y potencia. En la cultura moderna todo esta mediado y la forma no es mas una provocación sino una invitación. El surrealismo no acepta ser convidado por el juego de las representaciones que acaban sin remedio en los lugares comunes, prefiere tratar de recuperar el valor vital de las provocaciones. Introducir en la cultura de las conformidades sin rebeldía el valor de los actos hostiles. El teatro es el acto hostil por excelencia. Se refieren los surrealistas a un teatro que consiga a su vez hostilizar la calma mansedumbre que hace del teatro una forma parental de la literatura.


A realidad no aparece para Artaud como un complejo de planos organizados, jerarquizados y sistematizados que van del caos al orden y en donde el espacio virtual del teatro se sitúa en un punto intermedio de esa carretera de mano única. 

El espacio virtual del teatro para Artaud, como los otros espacios virtuales de lo poético no son lugares de verdad, donde los símbolos podrían reconstruir los movimientos históricos de las ideas. Un lugar para la imitación mortífera. Los espacios virtuales son la conciencia activa de todo lo que, por el hecho de vivir, es perdido. Son los espacios donde los deseos y las fuerzas que se afirman a si mismas contra la fatalidad. Las representaciones, la poética de la palabra, por el contrario, tiene la tendencia de camuflar la fatalidad y generar en nosotros un conformismo que es fuga de todo. 

El teatro surrealista opera en el espacio peligroso de lo doble. Dicho de otra manera el espacio de la alquimia, el espacio donde se produce la supresión de la distancia construida entre lo imaginario y lo físico, construido como dos tipos diferentes de naturaleza. Esa doble naturaleza es suprimida por el teatro o la poesía instalada en el espacio de lo físico. Eso hace con que la alquimia y el teatro apunten a operaciones imaginarias que tiene la misma fuerza que las operaciones físicas. Cuando hablo de materialismo mágico, estoy, entre muchas otras cosas reivindicando la importancia de introducir la poesía como peste en el materialismo, otorgarle un poco de alquimia y de teatralidad que reenciendan las fuerzas del deseo contra la fatalidad del hambre y la exclusión.

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Luis Alberto Warat - LAW.



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