El surrealismo y su propuesta de teatro de la crueldad
Parte tercera: La crueldad como determinación de ser uno mismo
La identificación del objeto del teatro con toda su potencialidad de manifestación forma y extensa lleva para Artaud, latente una poética del espacio que se confundirá con hechicería. En el fondo magia. La magia y la hechicería precisan más que el texto escrito con palabras, no pueden ser simples proyecciones del texto, sino precisan de una puesta en escena por que es de la escena que se puede extraer la hechicería y la magia viviente, rescatar la sensualidad que puede afectar de forma directa al organismo y rescatarlo del marasmo de lugares comunes, enerando imágenes de energía en el sustrato inconsciente, una corriente sanguínea en que viene del poeta, de la puesta en escena y desaguan en los espectadores. Una forma de acotar nuevas margenes al entendimiento que conduce a una percepción de la escena que la recarga de energía y nos vuelve para recargarnos a nosotros
Para Artaud el único valor del teatro es su relación mágica con la realidad con el peligro. Algo que me gusta extender a toda y cualquier propuesta surrealista Ni el teatro, ni cualquier otra expresión vital no puede convertirse ene un lugar de textos ,decires o ideas sacralizadas. El retorno mágico a lo surreal es el camino, tal vez por ahora el único, que el hombre tiene para huir de las sacralizaciones, destruir la coraza y hacer trizas el collar de hierro que a través de conceptos nos dejan paralizados, estáticos y prisioneros ; como aquel elefante de circo domesticado de manera tan sutil que cree que si lo atan a una estaca no tendrá mas fuerzas para arrancarla y salir andando. La estaca lo magnetizo, por adiestramiento, y lo condeno a ser definitivamente un elefante de circo.a ese elefante la falta una determinación llamada crueldad.
Artaud usa la palabra crueldad en el sentido de decisión implacable,que es la que tenemos que readquirir para comenzar a sensibilizar nuestro organismo para la emancipación, o la autonomía , como prefiera llamar a ese fuerza que tenían nuestros pueblos originarios antes de que fueran vencidos por una cultura que les negó todo en nombre de una civilización autoreferida como superior.O narcisismo europeo que todavía no nos deja ser nosotros mismos. Todo determinismo filosófico, dice Artaud, es desde la óptica de nuestra existencia una forma, una imagen de la crueldad.. A ella debemos contraponer la crueldad que estamos forzados a realizar para readquirir nuestra identidad originaria, sin la cual la autonomía o la emancipación quedaran definitivamente como conceptos que nos atan a esa maldita estaca llamada civilización occidental.
Crueldad no es sinónimo de sangre derramada, es mas bien sinónimo de una semántica genocida. A ella es necesario oponer la crueldad de la sensibilidad .Es preciso hacer uso de la expresión crueldad como sed de vida. Hemos tardado demasiado tiempo
para darnos cuenta que la biopólitica nos robo la crueldad y la vació de esa sed por la vida, de esa necesidad indoblegable ,con su significado gnostico de borbollón vital que disipar tinieblas. La transformo en la crueldad del Imperio.
Lo que dento de los movimientos criticos del derecho he llamado lecturas ideológicas o últimamente el desflorar dionisiaco del derecho no es otra cosa que la reinvindicación del reencuentro de los juristas con la crueldad como forma de disipar las tinieblas a los que los juristas nos vemos inmersos por un uso biopolítico del normativismo.
En ese sentido mi modo de ser profesor de derecho respondió siempre a mi necesidad de construir una pedagogía jurídica de la crueldad a ella le puso a mas de veinte años el nombre de surrealismo jurídico.
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