Albano Marcos Bastos Pepe
Conocí a Albano hace 31 años atrás cuando el estaba cursando su maestría en Filosofía en la Universidad Federal de Santa María.
Conocí a Albano hace 31 años atrás cuando el estaba cursando su maestría en Filosofía en la Universidad Federal de Santa María.
Fue mi primer orientador en el Brasil y desde entonces tejimos una sólida amistad intercambiando sentimientos y compartiendo interminables diálogos filosóficos. Vimos infinidad de cursos juntos. Escribimos un libro a cuatro manos. Y a pesar de su formación como filósofo, estuvo siempre vinculado a la vida académica de los cursos de derecho, principalmente a nivel de posgrado.
Su tesis de doctorado finalmente fue en Derecho. Y digo finalmente porque tuvo una larga discusión con la mentalidad burocrática mediocre de las universidades que entendían que un graduado en filosofía y mestre en filosofía no podía ser doctor en Derecho.
Albano terminó ganando a la burocracia probando que podía ser, ya que su contribución a la filosofía del derecho de las ideas fue y sigue siendo de enorme importancia.
Intuitivamente, Albano fue un profesor contra-universitario y a su modo hizo una contrafilosofía académica. Pero siempre prefirió hacer filosofía en un café con un vaso de whisky en la mano que en las aulas burocrático-militarizadas de las facultades de Derecho en el período del régimen autoritario Brasilero.
Hubo un grupo de profesores que en los años duros del régimen militar utilizaron la filosofía como arma antitotalitaria. Ese grupo de profesores enseñó a la juventud brasilero a mirar la vida, la sociedad y el derecho de un modo diferente a los modos de la pinguinización militarizante que dominaba la enseñanza en las facultades de Derecho.
Fuimos presos varias veces después de terminar nuestras aulas, pero por suerte seguimos vivos.
Ese grupo de juristas que construyeron a la democratización del país, aceptaron a Albano como uno más, a punto que inclusive hoy en día mucha gente piensa que Albano está formado en Derecho. Pero Albano está formado en Derecho por la vida.
Existen filósofos que yo llamo de botiquín, filósofos con un vaso de whisky en la mano, como sería hoy Onfray.
Entre los filósofos con el vaso en la mano, sin duda, para mí, Albano es el mejor.
Por eso, sin ninguna duda lo presento aquí, por ser una de las figuras claves de la Casa Warat y garantía de su futuro. Sin la locura surrealista de Albano, la Casa Warat como Universidad Popular Latinoamericana, sería imposible.
1/6/2009 - LAW
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