21 de junio de 2010

+ ecociudadanía

Ecociudadanía 4

Por Luis Warat


Los sentidos y los valores de la autoestima precisan ser pensados más allá de la neutralidad del paradigma cientificista.

Coincido con Guattari en su búsqueda de un desplazamiento hacia el campo de la creatividad estética que permita producir valores y sentidos superadores de la pasividad existencial de la burguesía tardía. Una especia de proyecto de la esperanza que trate de crear campos parciales de subjetivación como lugar de unificación de las relaciones de transversalidad.

La manifestación privilegiada del sentimiento y sus representaciones, que circula entre los cuerpos como poesía.

La mirada inesperada que impone un corte en los diferentes planos de la existencia, tratando de transformar lo aniquilante en vital. El multiplicador dramático de una pedagogía sin melodramas.

La cartografía que trata de hacer estallar las fronteras que separan el sentido del deseo del pensamiento de los especialistas. Una verdad ardiente que niega las verdades solemnes del cientificismo para reencontrarlas como marcas del deseo.

La poesía como una forma de conocer el saber reprimido, desordenando lo represor. La fuga del culpable compromiso judeo cristiano como represor. Una actitud que recupera al surrealismo como imaginación que potencializa la apropiación transformadora de la realidad, tratando de llamar estéticamente al amor reprimido para liberarlo.

La pregunta por el sentido de la vida, también es una preocupación ecológica: una preocupación de “ecociudadanía”. El objetivo de la ecología es el de crear mejores condiciones de existencia. La “ocupación ecológica” pasa por mejorar las condiciones ambientales, sociales y afectivas de la existencia.

Un objetivo que únicamente podrá cumplirse si el hombre consigue –individual y colectivamente- abrirse para una realidad de sentidos en permanente estado de multiplicación. La ecociudadanía vista como un problema de los vínculos que se establecen entre los hombres: entre sí, con la naturaleza, de una sociedad para otra.



Del libro: “Por quien cantan las sirenas” Luis Warat, UNOESC- UFSC, Brasil (1996).


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